Trece

El José Zorrilla, así como el Ciutat de Valencia, es de esos campos donde tenemos que hacerlo peor de lo habitual para conseguir perder. Además en frente estaba JIM, que ha pasado de segurata de la Pantoja a salvavidas de la rojez.

Un frío de cojones, un equipo capaz de perder donde siempre gana, y de perder también donde siempre pierde. Silva y el Riera bueno en la capital del Reino. Que si La Roja de verdad, que si ya aprenderá a callar la puta boca. 4-4-2, sin delanteros y a golpe de genialidad. Ojo al automatismo bizarro de la pizarra de Gracia: Damiá adelanta la posición y a pelear el saque de puerta. Revolucionario Xabi.

Todo según lo esperado: quien marque gana, vuelta a una defensa seria, alguna ocasión fallada y un poquico de San Andrés. Patxi a recuperar el mono de currela y a darle a gusto.

De las Cuevas, que es el mejor que tenemos ahí, consigue agitar arriba al equipo, conduce, pasa y elige bien. Pero le faltan socios, y no tiene pinta de haber mucha lista de espera. Siendo éste el equipo con menos punch (o malicia, o algo) de la historia, no es mala la idea de apostar por el corazón. Roberto fuera, Comandante Sanjurjo-Maté dentro. Oier te aporta siempre aunque no juegue. Ya esté de Txapelgorri o hasta en la butaca de Archanco. Pero aquí servidor quiere verle en el verde.

Quedan 7′ y el empate sí pero no. El Bueno pisa el pico derecho, atrae, recorta y cambio a la izquierda. Lateral izquierdo (diestro), extremo izquierdo (mediocentro), cargamos el área y centrito a donde los centrales creen que es zona del portero. Y viceversa. Todo esto a ritmo cochinero, claro. Aparece por ahí ÉL, con más instinto que los otros dos delanteros que están en la banca, y Sanjurjada.

Trece puntos en catorce jornadas, vuelta al promedio que da más o menos estabilidad, y a intentar ir solucionando una situación que parece ser que desde la zona noble del Sadar están empeñados en seguir liando.

Bésale de mi parte, Javi. (Foto vía Noticias de Navarra)