Lo que no se entiende es que Alfredito, viendo que Pamplona amanecía el domingo con ganas de nieve, no estuviera en la puerta de Navarra Televisión a las 08h15, con una docena de churros de la Mañueta, en funcionamiento para la ocasión. Aquí, a ver si podemos tirar de hemeroteca, para los chavales. Aquella eliminatoria de cuartos de final la debe de recordar bien Alfredo. La rojez fue ver caer cuatro copos sin cuajar, y ya pasársele los destilados del sábado noche mientras iba a por más. Patxi, con los ojos vidriosos, rememorando cómo se la coló a Notario por el palo corto, lo vio también cuando le dijeron que otra vez banco.
El caso es que no hubo conexión emocional, y los de enfrente podían haber sido el Almería. El Sevilla, que es cosa seria, se expuso lo mínimo, y fue entrando en calor para acabar atacando donde más duele. Jairo, recordando que el Racing no va a dejar de tocar los huevos ni en Preferente, se la gozó primero para luego tirarla al larguero, cuando ni Porti la fallaría. Damiá no supo cómo afrontar el rechace, y acabó comiéndose el balón, con Álvarez Izquierdo sintiendo pena máxima.
A partir del 45’ la nada. Pudieron ser tres o cuatro. Pero claramente. Al menos sirvió para que Acuña diera señales de vida, y que plantee a Gracia la posibilidad de acompañar a Oriol el miércoles, haciendo variar un esquema fijo que no ha sufrido ninguna modificación durante demasiadas semanas. A falta de juego ni siquiera se está tirando de emoción, aunque puede que aún fuera muy pronto para gastar esa bala. Un servido espera las jornadas finales con presencia crepuscular del Gran Capitán, reflejo de Cruchaga en 2009, que se tiró todo el año en el banco para ser titular indiscutible -y el puto amo- en el último cuarto de temporada. Cuando de verdad quemaba.
Lo cierto es que llega el equipo más tocado de lo que debería a lo gordo: el entrenador a una derrota en Vallecas de que los que aceleraron su llegada se le vuelvan en contra, un mensaje (de los de arriba) en forma de envoltorio para descubrir que lo de adentro era lo que ya había, Tajonarismo Foral y Primer els de casa; además de una asamblea que puede acarrear la derrota del poder establecido para acabar instalándose la anarquía.
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